Este texto lo publiqué originalmente en inglés en mi (otra) newsletter sobre marketing. Lo he traducido para quien no espeak inglish bicaus ai zink is gud.
No sé cómo lo hago pero siempre me encuentro entre dos mundos: entre los pijos y los hippies, las empresas y el arte, la rutina y la vida bohemia, la queja y la proactividad. Últimamente, hay dos extremos que conviven bastante a mi alrededor: los frikis de la IA que ya no saben vivir sin ChatGPT, y los que no tienen ni idea de cómo se usa (pero aún así tienen opiniones al respecto).
Cuando hablo con gente del segundo grupo, me he dado cuenta de que hay un comentario que se repite:
Pues yo he intentado usar ChatGPT para _______ y para eso no sirve.
Tengo opiniones al respecto, pero aún así intento mantenerme callada cuando escucho cualquier variante de esa frase. Como dice el sabio refranero español: "no des consejos a quien no te los pide". Así que no los doy, aunque mi cerebro los susurre. Solo que a veces cuesta no decir nada, sobretodo cuando es evidente que quien habla, ha usado una herramienta de la IA (como mucho) por 10 minutos seguidos. Y en esas situaciones, yo no puedo evitarlo, e internamente, grito:
NO SABÉIS HACER PREGUNTAS
No, no hace falta un curso de inteligencia artificial para usar ChatGPT, lo que hace falta es hacer buenas preguntas. Hacer buenas es un arte que te hace mejor profesional en cualquier ámbito. Tomemos como ejemplo a un médico. Un "mal" médico te preguntará dónde te duele y te recetará un medicamento: te duele la espalda, te doy un antiinflamatorio. En cambio, un "buen" médico te hará mejores preguntas para ver si hay una causa subyacente para tu dolor de espalda.
Hace un par de años, el SIBO, el síndrome del intestino irritable (IBS) y todo tipo de trastornos intestinales se volvieron enfermedades "populares" (si es que se existen las modas dentro de la medicina). Y a mi, que me gusta seguir tendencias, me aparecieron síntomas al mismo tiempo que el hashtag #sibo se hizo viral. Fui a mi médico de cabecera, y empezó a hacerme una retaíla de preguntas que inicialmente me parecieron aleatorias:
- ¿Haces terapia? (A ver pues sí, pero, ¿qué más te dará a tí señora?, yo estoy aquí por mi intestino, no por mi salud mental).
- ¿Y has estado estresada últimamente? (Hombre, ¿y quién no? De hecho, me estás estresando en este preciso momento desviándote del motivo por el que vine aquí en primer lugar).
- ¿Tomas medicación para la ansiedad? (Pues no pero como sigas preguntándome esas cosas la voy a acabar necesitando).
- ¿Y qué dice tu psicóloga? (Aaaaaaaaaaah, bueno, es verdad, ahora que lo dices…, recuerdo que mencionó una vez que podría venirme bien. ¿O sea que esto tiene algo que ver con mi intestino?)
- Parece que tus problemas gastrointestinales estén influenciados por una desregulación en el eje intestino-cerebro, donde la ansiedad puede alterar la función intestinal y causar malestar. Voy a recetarte medicación para la ansiedad, lo que debería ayudarte a mejorar tu salud mental y a restablecer el equilibrio en tu intestino, abordando ambos problemas a la vez.
Le hice caso. Me lo tomé. Funcionó. Fue un buen médico, o por lo menos: no fue un cagaprisas y ante todo, no tuvo miedo de hacer (buenas) preguntas.
Y hasta aquí sobre mi salud intestinal. Volviendo al tema por el que (supongo) me estás leyendo: cómo hacer mejores preguntas.
Empieza por no hacer malas preguntas.
Ponte en situación: te invitan a una fiesta y no conoces a nadie. Ya te digo yo lo que va a pasar, o por lo menos, cómo va a empezar:
Y a partir de ahí, solo hay dos caminos por los que puede seguir la conversación:
Una de dos. O entras en el loop infinito de la curiosidad (que es el que suele llevarte a crear relaciones auténticas y significativas), o sigues en el ciclo de lo básico (y mediocre, si me permites), popularmente conocido como networking.
En cualquier caso, y ahora muy en serio: no hay “malas” preguntas como tal. Existen preguntas incompletas, preguntas a destiempo, preguntas innecesarias, preguntas vacías. Y cuando se trata de la IA, creo que hay muchas preguntas mal planteadas bajo la suposición de que ChatGPT hace magia.
🔮🪄✨ la culpa es del marketing ✨🪄🔮
No podemos negar que sí que hay algo de brujería en todo lo que se refiere a la inteligencia artificial. De hecho, ya está comprobado que es inexplicable, impredecible e incontrolable. Decía Arthur C. Clarke (autor de Una odisea del espacio), que «Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia». Mi abuela dirá, que eso no necesita que se lo diga Arthur, pues que la IA parece magia, ya lo sabe ella. Y por lo visto, también lo saben muchos equipos de marketing. ¿No os habéis dado cuenta de que de repente internet está plagado de estrellitas ✨, baritas mágicas 🪄 y oráculos? A alguno se le ocurrió que era un buen branding para las herramientas que usaban cualquier tecnología de IA y como de costumbre, en esta sociedad del remix en que vivimos, unos cuantos le copiaron la idea.
Pero nadie pensó en las consecuencias: que ahora la gente se crea que esto es magia de verdad y que por ello se espere una buena respuesta a una pésima pregunta.
Pues yo he intentado usar ChatGPT para _______ y para eso no sirve.

No se si me pillas, pero si quieres te lo explico mejor:
Esto. Es. Como. Cualquier. Otra. Conversación
A ver que sí, que ChatGPT no deja de ser “tecnología” y hay que tenerlo en cuenta cuando hablamos con elle (no estoy yo como para ofender a nadie hoy). Pero fuera eso, la forma de conseguir una “buena” respuesta, no se aleja mucho de la dinámica de una conversación normal.
1 - sin empatía no vas a ninguna parte
La empatía es la base sobre la que se construye una buena comunicación. Y en un contexto humano-a-máquina, esto se traduciría como tu capacidad como humano de entender cómo la maquina (IA) funciona. Por ejemplo, saber que ChatGPT funciona con un modelo de probabilidad o que los datos con los que está entrenado datan hasta de diciembre de 2023. Así que, la respuesta a tu pregunta, no será siempre lo que buscas, pero las palabras y frases con mayor probabilidad calculada de acuerdo a un algoritmo que, muy probablemente, no tenga en cuenta información de 2024 en adelante.
2 - la mejor respuesta no siempre llega al primer intento
¿Cuántas veces estás hablado con alguien y le tienes que repetir la misma pregunta de varias formas hasta que te entienden? Prueba distintas formas de preguntar, ajusta los prompts, explora otros ángulos. A veces hay que insistir y hacer varias preguntas para llegar a la respuesta que buscas, y no.pasa.nada.
3 - permítete dudar de todo
Si no tomas en serio a tu madre, ¿por qué asumir que una IA te dice la verdad?
4 - esto es cosa de dos
Te recuerdo que en el momento en que haces una pregunta, se abre un diálogo, se extiende una invitación para conversar. Y una conversación, es siempre, un camino de ida y vuelta. Así que la próxima vez que “no te sirva” la respuesta, considera que (tal vez) pudiera deberse a que (tú) formulaste mal la pregunta.
comenta y hablamos :)
qué tal te llevas con ChatGPT?
si te cae mal, por qué?
si te cae genial, me recomiendas algún prompt que uses mucho?
Mi GPT’oooo (léase gepetto) le encanta hacerme la pelota. Después de leer tu post, intentaré integrar esa idea de que es una conversación que se va alimentando en el momento.
yo la uso constantemente, pero no uso prompts asi en concreto sino que converso con ella. jajajaj me lo paso pipa