Hace meses que me urge una necesidad de encontrar un lugar, (1) como un recipiente donde volcar todo lo que se me pasa por la cabeza e intentar que se transforme en algo de útil. Una newsletter me pareció un espacio lo suficientemente libre y abierto como para poder (2) escribir a fuego lento sobre lo que me apetece, donde nadie está a obligado a pasar, pero a donde pueda invitar a (3) quien le interese leer mis (4) (muy) variadas inquietudes.
Casi feijoada
Este lugar tenía que tener un nombre para poder existir en este formato. Feijoada fue mi idea inicial - un plato típico brasileño que lleva un poco de todo y una palabra que uso últimamente para referirme a combinaciones llamativas o poco combencionales. Por ejemplo:
Una playlist donde mezclas a Madonna, Mozart, Gipsy Kings y Taburete sería una feijoada musical.
Una noche en que acabas saliendo con tu primo, tu ex, tus amigos de toda la vida y encima se une un random que has conocido en el metro..., sería una feijoada social.
Un restaurante que te ofrece en el mismo meú pizza, sushi, pasta y kebab es un asco y no tienes que ir. Pero en este caso, también sería una feijoada gastronómica.
Me hubiera gustado llamar a mi primera newsletter feijoada, pero quería evitar que se pronuncie así:
Porque solo de decirlo en voz alta, siento que esa “J” me hace daño. Y lo último que yo quiero, es que mis tres suscriptores se hagan daño mental pronunciando una palabra que realmente es bonita en su lengua original:
Por eso y porque un puchero es esencialmente lo mismo, solo que con una fonética mucho más agradable para el hispanoablante, me decidí por llamar a mi newsletter así.
ultrafan de la feijoada musical y no tanto de la social (ansiedad, sos <3). ganas de seguir leyéndote.
beijinhos (que no beiJinhos)
Me ha encantado tu presentación y gracias por enseñarme una palabra tan rica (en todos los sentidos) y tan útil!